En Jardines Bumblebee sabemos que detrás de cada pataleta, de cada “no” rotundo y de cada lágrima inesperada… hay una emoción buscando salir.
Y aunque nos gustaría que nuestros toddlers pudieran decir con claridad “me siento frustrado porque no puedo ponerme los zapatos solo”, la realidad es que sus palabras aún están en construcción.
Pero eso no significa que no puedan aprender a expresar cómo se sienten.
Solo que, en esta etapa, las emociones se enseñan con lo que se ve, se toca y se siente… no solo con lo que se dice. Y sí: esto se puede enseñar. Con herramientas sencillas, cotidianas y, sobre todo, muy visuales.
Las tarjetas con caritas expresivas ayudan a ponerle nombre y cara a lo que sienten.
Un adulto puede preguntar:
—“¿Te sientes como esta carita hoy?”
—“¿Qué crees que le pasa a este niño del dibujo?”
No se trata de enseñar palabras complicadas, sino de asociar imágenes con emociones reales. Así, los niños comienzan a identificar lo que les pasa por dentro.
Tener un espacio visible con diferentes caritas (feliz, triste, bravo, con miedo) y permitir que el niño escoja una en ciertos momentos del día es una forma poderosa de validar sus emociones sin pedirle que las explique.
Es una rutina simple que les da voz incluso antes de tener lenguaje verbal completo.
Los títeres permiten dramatizar emociones desde la distancia emocional que da el juego.
A través de ellos, los niños pueden explorar:
—“El osito está triste porque no lo invitaron a jugar. ¿Qué podría hacer?”
Al identificar lo que le pasa al títere, aprenden también a nombrar lo que sienten ellos.
Historias que hablen de perder un juguete, sentirse excluido, pelear con un amigo o tener miedo en la noche, abren la puerta para hablar de lo que sienten en la vida real.
No se trata de cuentos con moraleja, sino de relatos que les muestren a los niños que sentir está bien… y que no están solos.
Frases como:
—“Eso no es para tanto”
—“No llores”
—“Ya estás bien, no pasó nada”
invalidan lo que el niño está experimentando.
Un cambio simple como decir:
—“Te veo enojado”
—“Eso fue difícil, ¿verdad?”
le da al niño la seguridad de que lo que siente importa y puede ser nombrado.
Ayudar a un toddler a reconocer y expresar sus emociones no requiere palabras grandes, sino una presencia adulta amorosa, herramientas visuales y la convicción de que todo lo que se siente, se puede aprender a decir.
En Jardines Bumblebee creemos que educar el corazón es tan importante como educar la mente.
Y todo comienza con una simple pregunta:
—“¿Cómo te sientes hoy?”