Bumble Blog #17

¿Cuándo es buen momento para introducir una segunda lengua?

BumbleBlog 16

Por Marce y Caro

¿Cuándo es buen momento para introducir una segunda lengua?

Hoy en día, muchas familias tienen claro que aprender una segunda lengua, especialmente el inglés, es una herramienta clave para el desarrollo futuro de sus hijos. Aun así, siguen surgiendo preguntas comunes: ¿cuál es el momento ideal para comenzar? ¿Puede el niño confundirse si aún no domina completamente su lengua materna? ¿Cómo acompañar este proceso de forma natural y sin presiones?

Desde nuestra experiencia como madres, profesionales de la educación y fundadoras de Jardines Bumblebee, sabemos que estas preguntas son muy válidas. Y también sabemos que el camino hacia el bilingüismo comienza con una base sólida en la lengua materna, tanto en casa como en los espacios educativos.

Primero, la lengua materna: la base de todo

El lenguaje es mucho más que palabras: es vínculo, identidad y comprensión del mundo. Por eso, el primer paso es afianzar la lengua materna, permitir que los niños la disfruten, la exploren y la hagan propia, a su ritmo y sin interferencias. Ya sea en casa o en el jardín, ese primer idioma es el que les permite conectar con su entorno, expresar emociones y construir su pensamiento.

No se trata de correr. Se trata de acompañar.

Cuando esa primera lengua está bien afianzada, se crea una base emocional y cognitiva sólida sobre la cual se puede ir introduciendo, poco a poco, un segundo idioma.

¿Y entonces el inglés?

El inglés, por supuesto, puede estar presente desde los primeros años, pero no como una obligación ni como una meta acelerada, sino como una experiencia natural, lúdica y cotidiana.

Tanto en el jardín como en casa, podemos introducir el inglés a través del juego, las canciones, los cuentos y los momentos compartidos. No hace falta traducir ni exigir que los niños repitan: basta con que lo vivan, lo escuchen, lo disfruten.

Así, se acercan al idioma con curiosidad, sin presión, relacionándolo con experiencias emocionales positivas. Eso sí: sin desplazar ni competir con el idioma materno.

¿Y si los niños mezclan idiomas?

Es natural que en los primeros contactos aparezcan mezclas. Pero lejos de ser un problema, eso es parte del proceso de exploración y demuestra que el niño está integrando nuevos sonidos y estructuras a su manera.

La clave está en el acompañamiento respetuoso, tanto desde casa como en el entorno educativo. No hace falta corregir todo el tiempo; más bien, modelar, repetir, jugar… y confiar.

Nuestro enfoque: vínculo, juego y respeto por los ritmos

El aprendizaje profundo ocurre cuando hay vínculo, seguridad y disfrute. Esto no solo es evidente en la adquisición de la lengua materna, sino también al aprender una segunda lengua. Numerosos estudios han demostrado que las interacciones afectuosas y receptivas entre adultos y niños —conocidas como “serve and return”— son esenciales para el desarrollo saludable del cerebro. Estas interacciones fortalecen las conexiones neuronales en áreas clave relacionadas con el lenguaje, la memoria y la autorregulación emocional . 

Además, investigaciones han revelado que los niños que carecen de contacto afectivo durante etapas críticas del desarrollo pueden presentar entre un 20% y un 30% menos de masa cerebral en comparación con aquellos que reciben una socialización adecuada . Esto subraya la importancia de crear entornos seguros y emocionalmente enriquecidos para potenciar el aprendizaje y el desarrollo cognitivo.

Por eso, la invitación es a introducir el inglés sin forzar, sin fichas, sin clases rígidas, y sin esperar resultados inmediatos. Ya sea en casa o en espacios como Jardines Bumblebee, lo importante es ofrecer una exposición amable, significativa y constante.

Un idioma no se enseña, se vive.

Cada niño, su ritmo

Algunos niños comenzarán a repetir palabras en inglés rápidamente, otros solo escucharán por un tiempo. Ambas formas son válidas. Porque no medimos el aprendizaje en cuántas palabras dicen, sino en cómo se sienten al comunicarse.

Lo más importante es que se sientan seguros, respetados y acompañados con amor. Porque es en ese ambiente donde florecen el lenguaje, la curiosidad y la confianza.