Bumble Blog #16

¿Reggio Emilia o Montessori? Descubre las diferencias y cómo elegimos lo mejor de ambos mundos

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Por Marce y Caro

Cuando hablamos de educación en la primera infancia, es común escuchar nombres como Montessori o Reggio Emilia. Ambos enfoques han ganado popularidad por su respeto hacia el ritmo individual del niño, su énfasis en la autonomía y su mirada integral del aprendizaje. Pero, ¿en qué se diferencian realmente? Y más importante aún, ¿qué podemos aprender de cada uno para ofrecer experiencias significativas a nuestros hijos?

En jardines Bumblebee, creemos que no existe una única receta para el aprendizaje. Por eso, aunque nos inspiramos en las mejores metodologías del mundo, nuestra propuesta es única. Integramos herramientas de ambos enfoques –Reggio Emilia y Montessori– y las combinamos con metodologías como Conscious Discipline y el Proyecto Cero de Harvard, para construir un camino educativo que se adapta a cada niño y a cada familia.

Aquí te compartimos algunas diferencias clave entre estos enfoques, y por qué tomamos lo mejor de cada uno:

  1. El Rol del Niño: Protagonista vs Explorador

Tanto Reggio Emilia como Montessori coinciden en que los niños son capaces, curiosos y activos en su proceso de aprendizaje. Sin embargo, en Reggio Emilia, el niño es visto como un protagonista que construye conocimiento junto con otros, mientras que en Montessori es más bien un explorador autónomo que aprende a través de materiales cuidadosamente diseñados.

En nuestro jardín, fomentamos ambas perspectivas: valoramos la autonomía individual, pero también la importancia de la colaboración y el aprendizaje en comunidad.

  1. El Ambiente como Tercer Maestro

En Reggio Emilia, el entorno está diseñado para provocar preguntas, diálogo y exploración creativa. En Montessori, cada objeto tiene un propósito claro y está al alcance del niño para fomentar la concentración y el orden.

Nosotros creemos que el ambiente sí educa. Por eso creamos espacios estéticamente cuidados, que inviten a investigar, descubrir y conectar, con materiales diversos que despierten todos los sentidos.

  1. La Relación con el Adulto: Guía o Acompañante

En Montessori, el adulto tiene un rol de guía: observa, interviene poco y permite que el niño se relacione directamente con los materiales. En Reggio Emilia, el educador es más bien un acompañante que investiga junto al niño, haciéndole preguntas y provocando nuevas ideas.

Nos encanta ver a nuestros docentes como adultos significativos que acompañan con respeto, validan emociones y se convierten en aliados del descubrimiento. Porque no se trata solo de enseñar, sino de construir juntos.

  1. Documentación del Aprendizaje

Una de las características más distintivas de Reggio Emilia es la documentación: registrar el proceso de los niños en imágenes, frases y proyectos, para hacerlo visible y valorarlo. Montessori también observa, pero con un foco más individual y menos expresivo.

Nosotros integramos la documentación como una forma de narrar el viaje de aprendizaje, compartirlo con las familias y celebrar el pensamiento de cada niño.

  1. ¿Y qué hay de nuestra metodología?

Si bien valoramos profundamente estos enfoques, creemos que cada comunidad educativa tiene el desafío y la oportunidad de crear una propuesta que responda a sus realidades, valores y sueños.

Por eso, hemos creado una metodología propia que se enriquece con herramientas de Conscious Discipline (disciplina con conciencia) y del Proyecto Cero de Harvard, que se basa en tres pilares: 1) Conexiones emocionales 2) Pensamiento creativo 3) El Juego y la exploración como vehículo del aprendizaje.

En resumen…

No se trata de elegir entre Reggio Emilia o Montessori. Se trata de comprender sus aportes, valorar sus diferencias y construir un camino educativo que ponga al niño en el centro, con amor, respeto y sentido.

Porque al final, lo más importante no es el nombre del método, sino la mirada que tenemos sobre la infancia y cómo la honramos en cada detalle de nuestro día a día.

Si esta reflexión te pareció útil, compártela con otras familias. ¡Sigamos construyendo juntos una educación que inspire, conecte y transforme!