Bumble Blog #14

Aprender a hacer amigos es igual o más importante que aprender a leer o a contar

BumbleBlog 14

Por Marce y Caro

Cuando pensamos en la infancia, es común imaginar juegos, risas y tardes interminables de diversión. Pero detrás de esos momentos hay algo mucho más profundo: los primeros vínculos de amistad. Hacer amigos desde temprana edad no es solo una parte bonita de crecer, es una herramienta esencial para el desarrollo emocional, social y hasta cognitivo de nuestros hijos. Así como enseñamos a caminar, a comer solos o a cepillarse los dientes, también podemos acompañarlos en ese proceso tan valioso de aprender a relacionarse con otros. Aquí te compartimos algunas razones por las que fomentar la amistad desde pequeños es clave, y cómo puedes apoyar a tu hijo en este camino. 

1. La amistad como escuela de habilidades sociales 

Los primeros amigos son los primeros maestros de la vida social. A través del juego, los niños aprenden a compartir, a esperar turnos, a resolver conflictos y a ponerse en el lugar del otro. Estas pequeñas interacciones son el inicio del desarrollo de habilidades que necesitarán toda la vida: la empatía, la comunicación asertiva, el respeto y la colaboración. 

2. Crear vínculos fortalece su autoestima Sentirse aceptado y querido por sus pares es fundamental para la autoestima de los niños. Saber que pueden contar con un amigo, que hay alguien con quien jugar o a quien contarle lo que les pasa, les da seguridad emocional. Estas experiencias positivas se convierten en un soporte emocional que les acompaña en distintos momentos de su crecimiento. 

3. Aprenden a confiar y a construir relaciones sanas Las amistades tempranas les enseñan a confiar en otros y a construir relaciones basadas en el cariño, el respeto y la reciprocidad. Este aprendizaje es vital para su vida futura, tanto en sus relaciones personales como profesionales. Saber cómo establecer límites, cómo resolver diferencias y cómo cuidar un vínculo son habilidades que se cultivan desde los primeros años. 

4. El rol del adulto en este proceso Como padres y cuidadores, podemos acompañar a nuestros hijos creando espacios donde puedan interactuar con otros niños, ya sea en el parque, en actividades extracurriculares o en reuniones familiares. También es importante modelar con el ejemplo: mostrarles cómo tratamos a nuestros amigos, cómo resolvemos diferencias y cómo celebramos las conexiones auténticas. 

5. Más que juegos: una base emocional sólida Aunque para los adultos a veces parezca que “solo están jugando”, en realidad están construyendo los cimientos de su mundo emocional. Cada juego compartido, cada abrazo después de una discusión, cada secreto contado, es parte de esa base que los hará sentirse seguros, comprendidos y amados. La amistad: una inversión para el futuro Fomentar la amistad desde pequeños no es solo preparar a nuestros hijos para una infancia feliz, es regalarles herramientas para la vida. 

En palabras de Adriana Forero, profe de Jardines Bumble Bee, las amistades en la infancia son claves para formar niños empáticos, seguros y con habilidades para desenvolverse en sociedad. Acompañarlos en este proceso, escucharlos, validar sus emociones y ayudarles a entender lo que significa ser un buen amigo, puede marcar una gran diferencia en su desarrollo. Porque más allá de los juegos, hacer amigos desde pequeños es aprender a ser parte del mundo. Si este artículo te inspiró, compártelo con otros papás y mamás que, como tú, están construyendo un futuro más empático y conectado para sus hijos.

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