El cerebro de nuestros hijos viene con unas disposiciones genéticas pero también con una plasticidad maravillosa, lo que significa que está listo para ser moldeado por las experiencias y el entorno que los rodea. En este blog, exploraremos los conceptos básicos del desarrollo del cerebro infantil, centrándonos en dos aspectos clave: la integración horizontal y vertical.

Integración Horizontal: Un Baile entre el Cerebro Izquierdo y Derecho

Nuestros cerebros están divididos en dos hemisferios: izquierdo y derecho, cada uno con funciones específicas pero interconectadas. El hemisferio izquierdo se especializa en el pensamiento lógico, el lenguaje y las habilidades analíticas, mientras que el hemisferio derecho se enfoca en la creatividad, la intuición y las habilidades visuales y espaciales. Durante el desarrollo infantil, es crucial que estos dos hemisferios trabajen juntos en armonía, lo que se conoce como integración horizontal. Esta integración permite un pensamiento holístico y creativo, esencial para el aprendizaje y el desarrollo emocional.

Integración Vertical: Desde el Cerebro Reptiliano hasta las Funciones Ejecutivas.

Además de la integración horizontal, el desarrollo del cerebro infantil implica la integración vertical, que abarca desde las partes más primitivas del cerebro, como el cerebro reptiliano, hasta las funciones ejecutivas ubicadas en la corteza prefrontal. El cerebro reptiliano controla las funciones básicas como la respiración y el instinto de supervivencia, mientras que las funciones ejecutivas son responsables de la planificación, el autocontrol y la toma de decisiones. Durante la infancia, se produce un proceso de desarrollo que permite que se vaya creando una comunicación fluida entre estas áreas, facilitando un comportamiento adaptativo y un proceso de maduración en la regulación emocional.

La Importancia de la Neuroplasticidad en las Edades Tempranas

En las edades tempranas, el cerebro infantil es altamente maleable debido a la neuroplasticidad, la capacidad del cerebro para adaptarse y cambiar en respuesta a las experiencias y al entorno. Esto significa que las interacciones, el juego y las experiencias cotidianas tienen un impacto significativo en la estructura, en la función y en la integración del cerebro del niño. Como padres, tenemos la oportunidad de influir positivamente en el desarrollo de nuestros hijos al proporcionar un entorno rico en estímulos y experiencias enriquecedoras.

Conclusión: Moldeando el Futuro a Través del Entorno y las Experiencias.

En resumen, comprender el desarrollo del cerebro infantil implica comprender tanto la integración horizontal entre los hemisferios cerebrales como la integración vertical desde el cerebro reptiliano hasta las funciones ejecutivas. Entender el poder de la neuroplasticidad en las edades tempranas, nos permite saber que como padres, podemos aprovechar esta ventana de oportunidad para moldear el cableado neuronal del cerebro de nuestros hijos, al proporcionar un entorno estimulante y unas experiencias significativas que nutran su desarrollo socio emocional y cognitivo. Al hacerlo, estamos sentando las bases para un futuro brillante, feliz y lleno de posibilidades para nuestros pequeños